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No es un donativo más

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Estamos muy agradecidos a toda la gente que nos ayuda con donativos, ya sea en metálico o en especie. Al tratarse una asociación que no recibe ayudas oficiales, dependemos enteramente de la generosidad de los socios, padrinos, casas de acogida y donantes. Poco a poco, durante estos años, hemos ido comprobando como aparecen buenas personas e incluso empresas que se deciden ayudar en lo que pueden. Siempre nos sorprende gratamente y siempre lo agradecemos.

Pero esta vez queremos resaltar un acto que nos parece muy entrañable ya que viene directamente de quienes serán los hombres y mujeres de mañana. Nos ha llegado una donación de los chicos del Instituto de Educación Secundaria La Azucarera de Zaragoza. Los chavales han hecho una serie de actividades solidarias para recaudar dinero para diferentes causas. La carrera solidaria es una actividad en la que los chicos corren para recaudar dinero de patrocinadores que ellos mismos buscan, que les pagan por cada vuelta que dan al circuito. Todo lo recaudado se destina a ONGs. Los muchachos ya habían mostrado su interés por los animales. Este año, además de Save the children, que es una asociación a la que habitualmente donan su recaudación, decidieron realizar también otras donaciones a las asociaciones de ayuda y protección a los animales. Uno de los responsables adultos del proyecto convive muy orgullosamente con dos conejas y está sensibilizado con la problemática de estos animales. Les comentó la posibilidad de hacer un donativo a alguna asociación que se dedicase al rescate de estos animales. Precisamente vieron en las redes sociales el caso tremendo de Hazel y les conmovió. Decidieron hacer un donativo en metálico para ayudar a que se recupere ella y otros conejitos a los que ayudamos en La Madriguera.

Ni que decir tiene que este tipo de actos nos llega al corazón. Todo donativo es muy necesario y apreciado, pero es tan de agradecer que estos jóvenes tengan entre sus inquietudes ayudar a los animales, en especial a los conejos y roedores, tan olvidados. Teníamos que resaltarlo y animarlos a que sigan así. Ojalá la vida no les cambie cuando se hagan adultos y mantengan esa sensibilidad especial y esa bondad que les lleva ayudar a los más indefensos, por pequeños e ignorados que sean. También queremos agradecer a Héctor, que hizo de embajador para hacerles llegar la problemática de los pequeños mamíferos, dándoles visibilidad y protagonismo.

Solo repetir lo dicho: ¡Muchas gracias chavales! Sois nuestra esperanza en un futuro mejor.